En los últimos meses se ha escrito mucho sobre el llamado “consumo colaborativo” o “economía colaborativa”. Este boom que parece será imparable y que tiene como fin último la optimización de los recursos, cuenta con numerosos ejemplos en casi todos los campos: compartir taxi, aparcamiento, coche, bici, oficina, casas, herramientas de bricolaje, ropa, libros, juguetes… ¡hasta mascotas!