Hace tan solo once años, cuando la plataforma de vídeo y red social YouTube se encontraba en plena fase de crecimiento, no podíamos aún vaticinar el impacto que ésta tendría en nuestras vidas y en la forma en la que usamos internet. A nivel usuarios neófitos, nadie analizaba el fenómeno con miras comerciales durante esa primera época de proliferación e intercambio de clips; desde luego no cualquiera de los mortales que miraba anonado un vídeo tras otro como si de las primeras imágenes en movimiento de Muybridge se tratase.