Cuántas veces hemos leído noticias en las que unos jóvenes emprendedores han lanzado un producto exitoso. Cuántas veces hemos pensado… “¿cómo no se me habrá ocurrido?” No me quería encontrar dentro de unos años preguntándome “¿Por qué nunca lo hice? ¿Por qué al menos no lo intenté?” Adiós excusas. ¡Ahora o nunca!
Necesitaba un proyecto que me permitiera emprender compaginándolo con mi trabajo actual, con mis obligaciones familiares y que fuera escalable para no arriesgar demasiado. El eCommerce era sin duda una oportunidad, pero vender a través de internet es mucho más que crear una tienda online, requiere una estrategia global y una ejecución táctica muy precisa.
Estos son algunos de los puntos clave que me han ayudado a perfilar Dalston y que me gustaría compartir con todos los que estéis pensando en lanzaros a la aventura:
- No somos elásticos: Cuando emprendemos tendemos a querer hacer todo nosotros para reducir costes pero no podemos ser expertos en todo. Un eCommerce requiere de muchas disciplinas que no pueden fallar: plataforma, usabilidad, aspectos legales, pasarela de pagos, etc. Cada euro invertido en consultoría te ahorrará problemas posteriores.
- Desde el minuto 0 piensa en tu “Buyer Persona”: Ponle nombre y métete en su piel. ¿Cómo es? ¿Qué contenido consume? ¿Qué le interesa? ¿Por qué va a elegirte a ti frente a otros? Los estudios de mercado son básicos en el inicio, pero habla con personas reales, comparte tu proyecto y sobre todo escucha. La clave es empatizar para aportarles valor.
- Tu producto necesita alma: No es suficiente tener el mejor producto, tu marca debe de transmitir algo más. Es necesario crear una comunidad para generar la preferencia. El tráfico a tu web es necesario, pero si no trabajas tu marca con influencers, medios de comunicación, canales propios etc. solo tendrás visitas y ninguna conversión. En los comienzos invierte en tráfico, pero sobre todo invierte en prescripción.
- Las imágenes son tu mejor arma convicción: Ante la imposibilidad de tocar el producto, el consumidor debe de sentirlo digitalmente. Cuanto más detalle mejor, y si puedes poner el producto en contexto sería perfecto para favorecer la decisión.
- Prepárate para errar y para medir: Ejecuta tu guión estratégico pero mentalízate para no ver resultados a corto plazo. Al principio todo es caótico y parece no tener sentido, pero espera y mide cada acción. No tengas prisa por tomar decisiones.
- Presta máxima atención a cada fase del funnel: Generación de tráfico y leads de calidad, la optimización constante de esos registros para convertirlos en compradores y el trabajo de fidelización y prescripción de los clientes. Ellos son tu tesoro y tienen que sentirse especiales desde el momento en el que entran en contacto con tu marca y tu producto.
- Sal a la calle: El mundo digital es tu escaparate, pero no te olvides de lo físico. Busca pop-up stores, ferias, mercadillos… cuya imagen encaje con tu producto y lánzate. Nadie mejor que tú para poder poner en valor tu producto y seguir aprendiendo.
Dalston es el resultado de estos meses de intensa formación que no ha hecho más que empezar, pero os garantizo que el esfuerzo está mereciendo la pena. ¡Que las excusas no sean más fuertes que los sueños que perseguimos!
Autora: Leila Barrena, Comunication & Marketing en Dentshu Aegis Sponsorship